Esta semana he tenido conocimiento de una noticia del mundo gastronómico que he sentido muchísimo y nunca olvidaré. El cierre definitivo de uno de mis restaurantes favoritos del país, Zalacaín, un gran templo de la alta cocina española, en el que he sido muy feliz.
En mis viajes a Madrid, visitar Zalacaín era una de mis preferencias gastronómicas que más culminaban mis apetencias restauradoras. No solo por su extraordinaria cocina, galardonada en su día con las primeras 3 estrellas en Michelin que de otorgaron a un restaurante español, sino también por su servicio, bodega, decoración y ambiente.
¡Cuántos gratísimos recuerdos en esta Casa con la familia Oyarbide, José Jiménez Blas, Carmelo Pérez Valdunciel, Custodio López Zamarra y Carmen González. Cuántos deliciosos platos saboreados!
Tras mi última visita en 2019 publiqué el siguiente reportaje que expresa todo mi entusiasmo hacia este restaurante de Madrid que ya no podré nunca más a volver a ir. Comparto con Javier Oyarbide (hijo del fundador) y todo el equipo de Zalacaín su tristeza por el cierre
ZALACAÍN, UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE POR SU ALTA GASTRONOMÍA DELICIOSA, PRECIOSO MARCO, IMPECABLE SERVICIO Y GRAN BODEGA
Produce una cierta emoción entrar en este histórico templo de la alta gastronomía española, cuyas mesas han acogido las más distinguidas personalidades de Madrid y del mundo en sus visitas a la capital y que en 2017 fue puesto al día con una importante renovación del local y de su decoración.
Junto a la recepción, el bar y dos selectivas bodegas, una con los más prestigiosos champagnes y frente a ella, otra con los vinos de alta gama. En frente la visión de la elegante sala, quedando a la derecha un pasillo de acceso a los tres privados y a la izquierda el comedor con vistas al exterior vegetal y con luz natural. El anagrama de la casa, las tres rosas de colores de Zalacaín está presente también en la vajilla. La acogida es señorial y cálida. En este marco de elegancia y belleza, ya en la mesa el comensal está dispuesto a disfrutar de los mejores platos del largo recorrido del establecimiento y de los actuales.
Hemos degustado exquisiteces de una gran cocina tradicional actualizada como mantequilla Rosemay; croquetas Zalacaín (1973) y bombón de coctel (2019). Habitas con huevo (1973). Ravioli relleno de setas y foie con salsa de trufa (1973). Vieiria beurre blanc (2019). Gallo Pedro con espinaca, salsa de hongo y limón (2017). Pluma ibérica macerada con pasta de jalapeños (2018). Y de postres, Lemon pie (2019); Utopía de chocolate (2019). Todo ello maridado con excelentes caldos como La Caña 2017 D.O. Rías Baixas. Aurum Red Blanco 2015 Vino de la Tierra de Castilla. Tierra Calma 2015 D.O. Vinos de Madrid. Y Viña Albina Rva. 2011 Dulce D.O. Rioja.
Una inolvidable experiencia por el precioso marco, impecable servicio profesional, gran bodega y una deliciosa cocina en un restaurante que mantiene un perfecto equilibrio entre lo tradicional y la innovación con la experiencia de su equipo de siempre y el empuje de sus nuevas incorporaciones, con Carmen González como Directora y Julio Miralles como Executive Chef, que comenzó en la casa 1992.
Zalacaín preserva la atmósfera de un lugar legendario incorporando vitalidad y frescura a un proyecto que se postula, no sólo como un icono de la gastronomía en Madrid, sino también como referencia en el mundo empresarial y político. Uno de los mayores cambios que ha experimentado ha sido a nivel de decoración que se caracteriza por jugar con la luz y formas orgánicas en sus diseños concediendo a materiales como la piedra, el cemento o el cristal una agilidad excepcional. Tiene un aforo máximo de 120 personas.
La carta de vinos contiene casi mil referencias. Una propuesta que sigue la estela de la filosofía impregnada en la diseñada por Custodio López Zamarra, pero actualizada ahora por el sumiller Raúl Miguel Revilla. En esta tercera etapa Zalacaín preserva la cocina de calidad, las buenas bases y el producto de temporada con una mejor percepción visual que recibe el cliente sobre el plato manteniendo como siempre los sabores de siempre de este restaurante.