Vacía, vaciada, olvidada... La despoblación del interior de España ha merecido muchos adjetivos y ninguno bueno. Y, sin embargo, es en las comarcas más remotas donde se localizan muchos de esos pueblos que figuran en las listas de los más bonitos del país, y donde encontramos los espacios naturales mejor preservados precisamente por estar poco habitados y nada industrializados.
En Rutas por la España Vacía (Anaya Touring), de Francesc Ribes, transitan comarcas de Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Extremadura, La Rioja, Comunidad Valenciana y Navarra; ilustradas a través de bellas fotografías y mapas detallados. Son territorios en ocasiones protegidos bajo la figura de un parque natural, como las Bardenas Reales, los Arribes del Duero, la Serranía de Cuenca o al Alto Tajo, y a los que, en general, solo se puede acceder por carretera o pista de tierra.
El coche es el medio indispensable, y el destino, parajes increíblemente bellos y solitarios: cerros erosionados, gargantas, ríos, estepas, bosques o dehesas, pero también castillos apartados, monasterios, monumentos o pueblos de indiscutible fotogenia, a veces abandonados, a veces reanimados por sus habitantes, empeñados en mantener viva una tierra que aman y en la que creen. Muchos de estos lugares guardan historias antiguas o recientes que también se cuentan en cada ruta, porque su huella es parte del paisaje, al igual que los cielos cuajados de estrellas, los graznidos de las rapaces, el murmullo de los arroyos o el silencio abrumador, solo atenuado por el viento. Todo esto es lo que sentirás si viajas por la España vacía.